Los salmones amenazados por… la cría de salmones

Los salmones amenazados por… la cría de salmones

En la agroindustria, el control de patógenos es un reto para garantizar la rentabilidad de las explotaciones. En este contexto, a menudo se presenta a los animales salvajes como proveedores de enfermedades. Uno piensa inmediatamente en la famosa gripe aviar, que justifica la aplicación de medidas excepcionales (es decir, sacrificios preventivos masivos, confinamientos drásticos, etc.). Esto pasa por alto una realidad opuesta de la que no se habla lo suficiente: la propia ganadería genera agentes patógenos que a veces afectan gravemente a la fauna salvaje y constituyen una amenaza para la biodiversidad. El salmón salvaje, cuyas poblaciones están disminuyendo en todo el mundo, puede considerarse una víctima emblemática de la cría de sus congéneres. Nos centraremos en particular en el caso del ortoreovirus pisciforme, un virus que les afecta especialmente y cuyo vínculo con la ganadería ya no se pone en duda.

Cuando la cría del salmón facilita la propagación de virus a la fauna salvaje

Desde hace varios años, el salmón es víctima de un virus con un nombre bastante bárbaro: el ortoreovirus de los peces, o PRV (piscine orthoreovirus) para los entendidos. Sólo recientemente los científicos han podido demostrar la relación entre su propagación en las poblaciones salvajes y su presencia masiva en las piscifactorías

Ortoreovirus de los peces (PRV): ¿qué es?

El PRV es un virus ARN de doble cadena presente en el Atlántico Norte y el Pacífico. Se cree que sólo infecta a los salmónidos (salmón, trucha, etc.) en el Pacífico, pero puede afectar a otras especies en el Atlántico (por ejemplo, el arenque). Su potencial patógeno es muy elevado: en las granjas canadienses de salmón marino, por ejemplo, se calcula que el 100% de los individuos se verán afectados por el virus ¡al menos una vez en su vida! En el salmón salvaje, la prevalencia sería inferior al 10%.  El virus en sí sólo tiene una importancia relativa: el problema es que es responsable de una serie de enfermedades en rápido aumento asociadas a la reducción de la supervivencia y el tamaño de los peces. Entre ellas figuran :

  • IMSC (Inflamación de los Músculos Esquelético y Cardíaco) en el salmón atlántico. Esta enfermedad puede provocar la necrosis de las fibras musculares esqueléticas y del miocardio. La mortalidad es de hasta el 20% y los síntomas duran varios meses.  
  • Ictericia/anemia, enfermedad causada por la hemólisis (destrucción de los glóbulos rojos) y que daña el hígado y el riñón de los peces. Esta enfermedad parece afectar principalmente al salmón chinook del Pacífico.
Hay cinco especies de salmón en la costa del Pacífico (salmón rojo, salmón rosado, salmón chum, salmón chinook y salmón coho) y una especie en la costa atlántica (salmón atlántico) (Fuentes : US National Marine Fisheries Service (Servicio Nacional de Pesca Marítima de EE.UU.) via Wikimedia Commons et Knepp, Timothy via Wikimedia Commons.

Aún existen muchas zonas grises en cuanto a los efectos del virus : no todos los peces se ven afectados de la misma manera por el virus y su infección no desencadena necesariamente la enfermedad. Los científicos prosiguen sus investigaciones para explicar la variación de la virulencia de una población a otra y estudian, en particular, el papel de los factores medioambientales. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que incluso un virus leve puede afectar mucho a los peces salvajes al alterar su reproducción o su capacidad para escapar de los depredadores. Sin llegar a ser mortal, el PRV podría tener consecuencias desastrosas a escala poblacional.

Un vínculo claro entre acuicultura y PRV

La acuicultura como «reservorio de patógenos»

Antes de analizar específicamente cómo se ha establecido el vínculo entre la acuicultura y el PRV, volvamos a lo básico. La acuicultura, en general, favorece la aparición y transmisión de patógenos a las especies salvajes por varias razones.

En primer lugar, las condiciones en que se crían los animales hacen de las granjas auténticas incubadoras de parásitos. La densidad de población es alta, incluso extrema en las explotaciones industriales. Para que se haga una idea, las densidades suelen ser de 25 kg/metro cúbico en el caso del salmón criado en el mar, cifra que puede elevarse a más de 150 kg/metro cúbico en las explotaciones acuícolas en tierra. Este hacinamiento, además de las consideraciones relativas al bienestar animal, favorece inevitablemente la transmisión de parásitos de un individuo a otro. Las poblaciones criadas en granjas son aún más vulnerables, ya que presentan una baja diversidad genética y, en general, defensas inmunitarias reducidas debido al estrés constante al que se ven sometidos sus individuos. Entre el 15 y el 20% de los salmones de piscifactoría (o incluso más, según algunas fuentes) mueren antes de alcanzar la edad de «cosecha». A título comparativo, esta cifra se situaría en torno al 5% en la cría intensiva de pollos.

En segundo lugar, las piscifactorías de salmón, tal y como están diseñadas, favorecen la propagación de estos parásitos al medio natural. Las piscifactorías de salmón tienen la particularidad de que suelen estar situadas en la naturaleza: los animales viven en corrales en el mar y no dudan en cruzar la red que les separa de la libertad siempre que tienen ocasión. Una vez en el exterior, los peces portadores de un virus tienen una alta probabilidad de entrar en contacto con el salmón salvaje y, por tanto, contaminarlo. Aunque a menudo hablamos de individuos aislados que cruzan las redes, una búsqueda rápida nos permite ver que el sector se enfrenta regularmente a fugas masivas con las consecuencias que podemos imaginar. En 2018, en Chile, segundo productor mundial de salmón por detrás de Noruega, más de 900.000 salmones (tratados con antibióticos y con riesgos si se comen) se escaparon a la vez. Los salmones neoliberados no sólo transmiten sus enfermedades: la mezcla genética resultante de los encuentros con salmones de piscifactoría hace aún más vulnerables a las poblaciones salvajes. En muchos casos, los salmones de piscifactoría son también descendientes de especies invasoras, lo que puede alterar por completo el equilibrio de la biodiversidad marina.

El caso del PRV: una demostración reciente del vínculo con la acuicultura

Ahora volvamos al PRV: ¿cómo podemos estar segur@s de que este virus se está propagando ampliamente debido a la ganadería? Para confirmar su corazonada, los investigadores recurrieron a la genética. Unos canadienses de la Columbia Británica, donde la acuicultura es objeto de acalorados debates, secuenciaron la PRV y analizaron sus mutaciones a escala mundial para seguir su propagación. Una forma particular de PRV, la PVR-1, apareció en el Pacífico hace sólo unos 30 años. Este periodo corresponde precisamente al auge de la cría de salmón al otro lado del Atlántico: el virus PRV-1 se importó de Europa a través de huevos de salmón contaminados… 

RVP : une origine européenne (Mordecai et al, 2021) 

Estos mismos investigadores analizaron la contaminación de los animales salvajes precisamente en función de su ubicación. Los resultados son claros: encontraron una correlación muy clara entre la tasa de contaminación de los animales salvajes y su proximidad a las granjas. 

Además del PRV, tenemos pruebas de que el salmón salvaje se ve muy afectado por otros parásitos, como los piojos de mar, que también propagan ampliamente los peces de piscifactoría.

El piojo de mar (Lepeophtheirus salmonis) es un copépodo parásito que se alimenta de la piel, la sangre y las mucosas de los peces: causa lesiones en el salmón © RTBF

Regulación urgente de la cría de salmón

El salmón en el mundo en breve

En el Canadá de 1600, el gobernador de Acadia (entonces colonia francesa en la actual Nueva Escocia) se quejaba de que la abundancia de salmones entorpecía la navegación. ¡Incluso en Francia, a principios del siglo XIX, había tantos salmones que los empleados de las grandes ciudades exigían una cláusula en sus contratos de trabajo que estipulaba que no se les serviría salmón más de tres veces a la semana en sus comidas! Estas dos anécdotas parecen poco creíbles hoy en día, ya que la situación ha cambiado radicalmente: mientras que no hace tanto las poblaciones de salmón parecían inagotables, ahora están disminuyendo peligrosamente en toda su área de distribución. Según un informe publicado en 2020 por varias ONG, el número de peces migratorios, cuyos representantes más conocidos son los salmones, ha descendido un 76% en 50 años. En el sur de Europa, aunque el salmón casi ha desaparecido de los ríos, todavía se pescan los últimos ejemplares (un triste ejemplo se encuentra en Asturias, España). En Norteamérica, el Miramichi, conocido antaño como el río más rico de América, albergaba sólo 15.000 salmones en 2019, frente a los más de 110.000 de principios de los años 90… Algunos proyectos de conservación y repoblación muestran signos alentadores (como en el caso del río Adour, en Francia), pero estos esfuerzos parecen vanos a la vista de la situación.

Y eso no es todo, porque los salmones corren el riesgo de arrastrar ecosistemas enteros que dependen de ellos. A primera vista, uno piensa en las orcas o los osos, que dependen de este pez como parte esencial de su dieta. Pero a otra escala, el salmón es, por ejemplo, el garante de la buena salud de ciertos bosques canadienses a los que aporta nutrientes esenciales, a través de los restos que dejan los osos. Además del inmenso desafío que supone para la biodiversidad, la desaparición del salmón es una amenaza económica y alimentaria, por su impacto en la pesca. Por último, el salmón ha tenido una gran importancia cultural durante muchos siglos, sobre todo para algunos pueblos indígenas. Este último punto podría considerarse secundario, pero puede servir de apoyo a la aplicación de medidas para su conservación.

Creciente responsabilidad de la acuicultura en las causas del declive del salmón

Está claro que las causas del declive del salmón son múltiples. Se trata de :

  • Sobrepesca
  • Cambio climático: los peces son muy sensibles a las variaciones de temperatura, pero también a las variaciones del caudal de los ríos, sobre todo al principio de su vida. ¿Sabía, por ejemplo, que el cambio climático, al aumentar la probabilidad de crecidas más bruscas del nivel de los ríos, está reduciendo las posibilidades de reproducción de los salmones cuyos huevos son arrastrados por la corriente?
  • Dificultades de alimentación: en las primeras etapas de su vida, el salmón se alimenta de pequeños invertebrados, como las moscas de mayo. Estos insectos son cada vez más raros debido a los insecticidas que utilizamos y a la desaparición de su hábitat natural. Además, el deshielo está alterando la cadena alimentaria de los salmones, obligándoles a viajar más lejos para alimentarse, al tiempo que tienen acceso a alimentos de menor calidad nutricional.
  • Contaminación marina: el mercurio y otros contaminantes se encuentran en grandes cantidades en el salmón. Muchas de estas moléculas son muy solubles en grasa y, como sabe, el salmón es un pescado graso. Cuando el salmón quema esta grasa utilizando su energía para remontar los ríos, libera en su organismo los contaminantes que ha acumulado a lo largo de muchos años e incluso corre el riesgo de autoenvenenarse.
  • Fragmentación ecológica: presas, puentes… muchas de nuestras infraestructuras constituyen obstáculos para el salmón y limitan su capacidad para llegar a las zonas de desove donde se reproducen.

Por desgracia, la lista es larga. Aunque la acuicultura no es LA causa del declive de las poblaciones de salmón, sí contribuye a él y constituye un problema importante que hay que abordar cuanto antes, sobre todo porque está creciendo exponencialmente.

Source: ‘Fishery and Aquaculture Statistics 2016 FAO yearbook
Producción de salmón atlántico en los cinco principales países productores (Source: Kontali Analyse AS)

En Chile, el salmón es la segunda exportación más importante después del cobre, y la salmonicultura sigue creciendo a expensas de cualquier consideración medioambiental. A pesar del alarmante informe del CIWF de hace un año, Escocia, tercer productor mundial, prevé duplicar su capacidad de producción de aquí a 2030. En Noruega, primer país productor, el crecimiento también es continuo: en 2022, las exportaciones de salmón aportaron tanto como todo 2015. En resumen, la dinámica es global y parece imparable, impulsada por la creciente demanda. Cabe señalar que en Francia, un proyecto de granja de acuicultura intensiva está causando actualmente una gran controversia (por razones que tienen mucho más que ver con el bienestar animal, ya que se trata de una granja en tierra).

¿Qué medidas deben adoptarse?

Frente a los poderes públicos… generalmente influenciados por los lobbies

Se podría pensar que el papel de los poderes públicos es utilizar los datos científicos para construir una política agrícola capaz de preservar nuestros ecosistemas… A pesar de la urgencia, estamos lejos de ella.

Tomemos el ejemplo de Canadá, donde se originaron muchos de los estudios sobre el PRV. Es un caso especial, pero bastante representativo de la orientación a menudo favorable a la acuicultura de las autoridades públicas en zonas fuertemente vinculadas a la industria salmonera. Se llevaron a cabo análisis de riesgos, que condujeron a la redacción de un resumen oficial: a falta de una comprensión completa de las consecuencias del PRV sobre la fauna salvaje, éstas «se consideraron insignificantes» (Mimeault et al, 2019). Además de ignorar las pruebas existentes, aquí se ignora por completo el principio de precaución. El PRV ni siquiera está reconocida como «patógeno», lo que permite a la industria seguir repoblando las piscifactorías con peces contaminados. El gobierno canadiense, a pesar de las recientes presiones de los grupos ecologistas, sigue apoyando la acuicultura con el falaz argumento de que salvará al salmón al limitar la presión sobre las poblaciones salvajes. A pesar de los programas establecidos para preservar el salmón, Canadá acaba de renovar los permisos de cría por dos años, en contra de la opinión de muchos biólogos que exigían el cese inmediato de las granjas marinas. Sea Shepherd es uno de los principales actores que trabajan para que se reconozca que las piscifactorías de salmón son una amenaza para la biodiversidad. La asociación ha lanzado incluso una campaña dedicada a este tema en la Columbia Británica, la «Operación Cazador de Virus«, cuyo objetivo es fomentar la investigación científica independiente para desafiar la línea oficial.

Un papel como consumidores

Seamos suspicaces: el salmón de piscifactoría ha sido promocionado durante muchos años como una de las mejores fuentes de proteínas, y una de las que menos impacto tendría. Después de leer las líneas anteriores, puede ver que dista mucho de ser tan sencillo. No toda la acuicultura es igual, tanto en términos de impacto ecológico global como de bienestar animal. En cualquier caso, recordemos que el salmón es una especie carnívora y que, por tanto, su cría es una aberración ecológica. ¿Qué sentido tiene alimentar con proteína animal durante varios años a un animal que criamos precisamente con el propósito de… proteína animal?

El consumo mundial de salmón se ha triplicado desde 1980. Está claro que sin una reducción del consumo, la acuicultura intensiva tiene un futuro muy brillante por delante, a diferencia del salmón salvaje. De nuevo, ningún misterio: depende de nosotros elegir nuestro consumo en consecuencia.

Si quiere profundizar un poco más en el tema del PRV, a continuación encontrará algunos enlaces:

Blanc, 1997. L’introduction des agents pathogènes dans les écosystèmes aquatiques : aspects théoriques et réalités. Bull. Fr. Pêche Piscic.  

Emiliano Di Cicco, et al. 2018. The same strain of Piscine orthoreovirus (PRV-1) is involved in the development of different, but related, diseases in Atlantic and Pacific Salmon in British Columbia. FACETS 

Miller, K. et al. 2014. Infectious disease, shifting climates, and opportunistic predators: cumulative factors potentially impacting wild salmon declines. Evolutionary applications 

Mimeault et al. 2019. Évaluation du risque pour le saumon rouge du fleuve Fraser attribuable au transfert de l’orthoréovirus pisciaire à partir des fermes d’élevage de saumon atlantique situées dans la région des îles Discovery (Colombie- Britannique). MPO 

Mordecai et al. 2021. Aquaculture mediates global transmission of a viral pathogen to wild salmon Sci. Adv., 7   (el estudio canadiense que muestra claramente la relación entre acuicultura y RVP)

Polinski et al. 2019. Caractérisation de l’orthoréovirus pisciaire et des maladies associées pour guider les évaluations des risques de transfert d’agents pathogènes en Colombie-Britannique. MPO 

Wessel et al. 2017. Infection with purified Piscine orthoreovirus demonstrates a causal relationship with heart and skeletal muscle inflammation in Atlantic salmon 

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